Existe un tipo de alopecia, la androgenética masculina y femenina, con acción de hormonas y predisposición genética.

Hasta un 75 % de los hombres tendrán alopecia a lo largo de su vida y, mientras que, en los hombres, este proceso comienza, generalmente, entre los 30 y 40 años, en las mujeres, suele aparecer más tarde.

¿La alopecia masculina y femenina comparten factores?

Las hormonas androgénicas y la genética tienen un papel muy claro en los hombres, pero no es así en todos los casos. No todas las mujeres mejoran su pérdida de cabello de patrón femenino con medicamentos antiandrógenos, y no todas tienen una genética clara. La genética de la pérdida de cabello en las mujeres también es más complicada.

Una proporción de mujeres desarrolla pérdida de cabello genética sin antecedentes familiares sólidos. De hecho, entre el 15 y el 30 % de las mujeres con pérdida de cabello de patrón femenino no tienen antecedentes familiares fuertes de calvicie. La pérdida genética del cabello en las mujeres no es lo mismo que la pérdida genética del cabello en los hombres.

De hecho, actualmente, el término ‘alopecia androgenética femenina’ apenas se utiliza y, en su lugar, se utiliza ‘pérdida de cabello de patrón femenino’ (FPHL). Los patrones de pérdida de cabello también son diferentes. Mientras que la alopecia en hombres se manifiesta en la zona de las entradas y la coronilla, en las mujeres, afecta principalmente en la zona superior de la cabeza, permaneciendo inalterable la línea de la zona frontal de la cabeza. Es una condición que afecta a la autoestima de quien la padece, resultando especialmente más grave en el caso de las mujeres.

Indicadores de la alopecia

Sin embargo, si la caída del cabello es detectada a tiempo, puede evitarse en la mayoría de los casos, en ambos sexos. Los indicios que indican el inicio de una alopecia androgenética son el adelgazamiento del pelo y una pérdida en la densidad de la melena. Esta se produce porque existe una miniaturización del cabello.

Un diagnóstico y un tratamiento precoz pueden devolver el grosor del cabello y una regeneración del cabello perdido, que puede volver a crecer de manera normal.

La prueba diagnóstica principal es una estudio tricológico y analítica de sangre.

 

Estas pruebas indicarán el tratamiento más adecuado para cada paciente de manera individual. Entre los principales tratamientos, se encuentran el uso de fármacos de uso oral o tópico, la mesoterapia capilar, la terapia con factores de crecimiento del propio paciente, el láser y, por supuesto, el implante de cabello.

 

DRA. JULIANA MACHADO.

Dermatóloga del Instituto de Dermatología Integral

 

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